A las dos y media de la mañana de un jueves cualquiera escribí el siguiente tweet: "No juzgues a un periodista por el medio en el que trabaja, hazlo por el trabajo que realiza". Esta frase podría tener muchas variantes, introduciendo conceptos como "por su ideología", "por sus pintas"...
Desde que empecé en estos del periodismo siempre me he encontrado con el mismo problema. La gente suele poner en cuestión mi trabajo por mi militancia. En cierta medida me considero un activista, así en general. Vivienda digna, movimientos estudiantil, No a la guerra, movimiento okupa, derechos LGTB... Pero de esa militancia he aprendido infinidad de cosas, he conseguido fuentes o, simplemente, me he realizado como persona.
Hoy un energúmeno, vía Facebook, directamente me condenaba por trabajar en el diario Público, de cuyo cierre se alegraba. Estoy seguro que desde la izquierda hay gente que se congratularía del cierre de medios como La Razón o La Gaceta. Sin duda este tipo de personas, lejos están de ser periodistas o, incluso, de entender lo que es la pluralidad informativa.
Este energúmeno también se atrevía a poner en cuestión mi profesionalidad por trabajar en Público, ignorando que en realidad estoy contratado por el gratuito Viva Sevilla y que en el ya muerto Público ya sólo colaboraba puntualmente. Esta gente ni si quiera se habrá molestado en leer mis informaciones, algo que considero básico para atreverme a criticar a un periodista.
La mayor parte de los redactores nos dedicamos a contar historias, y no opinión. Eso sí, siempre desde nuestra perspectiva, posición o experiencia vital, intentando contextualizar los hechos de la mejor forma posible. Pero siempre siendo honestos con nosotros mismos y con lo que cada uno entienda por verdad.
Nunca he escondido mis posiciones. Mucho menos ahora con twitter, herramienta que utilizo de mil formas diferentes: enlazar noticias interesantes de otros medios, difundir lo que escribo, bromear, intentar ligar o, simplemente, buscar informarme, debatir...
Estoy harto de tener que justificarme continuamente de mis ideales. Desde hace unos dos años comencé a militar en IU, principalmente colaborando en la asamblea de mi pueblo, Benamejí. Muchos compañeros de profesión me indicaron que me podía traer problemas. Y es verdad, suele ser el primer argumento que utiliza alguien para atacarme como periodista, aunque no se haya molestado en analizarlo. Es cierto que evito cubrir informaciones relacionadas con IU, pero más por el qué dirán, más que porque realmente me suponga un conflicto de intereses.
Tengo claro que mi vocación periodística está por encima de todo. Pero igual de claro tengo que no voy a dejar de ejercer mis derechos como ciudadano por un puesto de trabajo, simplemente, porque realmente creo que no es algo incompatible. Pero el problema no está en mi, el problema es de los que todavía no han comprendido que el buen periodismo es aquel que está hecho de forma honesta.
No me juzgues por mi medio, ni por mi militancia, religión o ideas. Lee mis textos, y si miento, podrás decir que soy un mal periodista.
0 Comentarios:
¡Comenta!