Hoy hace un año del 15-M. La manifestación me sorprendió, como a casi todo el mundo. Envié mi crónica para Público (qué tiempos aquellos) y para Viva Sevilla. En ambos casos, el tema acabó en la portada, algo que para nada estaba previsto. Aquí os dejo lo que escribí ese día para Público, una crónica de lo que ocurrió en Sevilla.
Multitudinaria protesta del 15-M en Sevilla
En Sevilla, la manifestacinón del 15-M ha superado cualquier pronóstico. La Policía elevaba de 400 a 3.000 los asistentes, según iba avanzando la protesta. La multitud era evidente, para los organizadores unos 10.000 manifestantes. Lo seguro es que se logró convocar a más gente que en el 1 de mayo de CCOO y UGT. La marea se prolongó durante más de 2 horas por el centro de Sevilla, desde Plaza de España hasta las Setas de la Encarnación.
Muchos jóvenes, pero también gente más mayor. "He venido porque necesitaba manifestarme", esplicaba Encarni, una mujer de 40 años. Junto a ella sus dos hijos pequeños. Es la primera manifestación a la que han asistido.
Tres amigos, de los de toda la vida, de entre 27 y 29 años, han centrado las miradas de muchos de los manifestantes. Cada uno portaba una bandera: la de la República, la Anarquista (CNT) y la actual bandera de España. Su respuesta ante tan llamativa mezcla fue contundente: "los tres estamos puteados de la misma forma". Sólo uno de ellos tiene trabajo. A los tres la organización les pidió que guardaran las banderas, no querían "símbolos políticos" les dijeron. Pero no lo hicieron, y los tres recorrieron juntos toda la manifestación.
Muchos jóvenes, pero también gente más mayor. "He venido porque necesitaba manifestarme", esplicaba Encarni, una mujer de 40 años. Junto a ella sus dos hijos pequeños. Es la primera manifestación a la que han asistido.
Tres amigos, de los de toda la vida, de entre 27 y 29 años, han centrado las miradas de muchos de los manifestantes. Cada uno portaba una bandera: la de la República, la Anarquista (CNT) y la actual bandera de España. Su respuesta ante tan llamativa mezcla fue contundente: "los tres estamos puteados de la misma forma". Sólo uno de ellos tiene trabajo. A los tres la organización les pidió que guardaran las banderas, no querían "símbolos políticos" les dijeron. Pero no lo hicieron, y los tres recorrieron juntos toda la manifestación.
Uno de los momentos de más actividad y decibelios se produjo cuando la protesta pasó por la sede central de Banco Santander en Sevilla. "Un grumpo de amigos", que es como se definieron, ni tan siquiera quisieron dar nombre, montaron una especie de fiesta 'rave' dentro del portal del Santander, con DJ incluido. Después de bailar durante cinco minutos se salieron. No hubo ningún incidente.
Entre los manifestantes, activistas de toda la vida de la ciudad, pero lejos de ser los protagonistas. Más bien no hubo protagonistas, cada grupo destacaba por algo, como unos amigos que se había autofabricado una bandera de Islandia "La hice anoche", explicó uno de los chicos. Muchas caras nuevas, con lemas diversos, e infinidad de pancartas hechas en casa con un poco de pintura y cartones. Los políticos en general, centraban las críticas, aunque Zapatero se llevó la palma. Del mundo financiero, el más nombrado, Botín.
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