Creo que ya todos conocemos la problemática originada por el llamado botellón: conflicto entre el derecho al descanso y al ocio. El Ayuntamiento de Sevilla nunca supo que hacer con el tema: durante años lo olvidó, y con la entrada en vigor de la Ley Antibotellón, así es como es conocida, el Consistorio disfrazó a su Policía Local de antidisturbios y los mandó a barrer las calles. Para más sufrimiento esto:
El Ayuntamiento ha comprado tres furgones blindados para la Policía Local especialmente destinados al servicio antibotellona, un microbús para el transporte de los agentes y un vehículo de carga para las mercancías intervenidas. Además se ha abierto otro expediente para adquirir dos furgones más, pero de momento no se cuenta con la relación de puestos de trabajo para este cometido. Hasta que no culmine el proceso de la plantilla que estará destinada a estas actuaciones, los nuevos vehículos policiales no se pueden utilizar porque los agentes tienen que realizar estudios especializados para emplear el material antidisturbio. El Ayuntamiento se justifican diciendo que de la Alameda sólo se reciben pocas llamadas al 112 por las botellonas a partir de la una de la madrugada, mientras que en otros puntos de la ciudad se registraron avisos vecinales por este motivo desde las diez y media de la noche. (Diario de Sevilla). Miedo me da que doten de nuevos materiales antidisturbios a los locales, que entre otras, no tienen competencias en cuanto a orden público, aunque sí tengan las competencias en la mal llamada Ley Antibotellón. Y sé bien de lo que hablo, hace ya más de un año sufrí los porrazos y patadas de varios policías locales, mientras yo estaba en el suelo, tan sólo por haber participado en una protesta de forma pacífica. Sé que resulta difícil de creer, pero es así. Si ese día vienen con ganas de dar, darán.
Mientras ahora los vecinos vuelven a la carga y dicen que no se aplica la ley en su barrio, y llevan razón, no se aplica a ciertas horas, pero sí a otras, además de una manera vejatoria para los que usan el espacio público en ese momento, lo usen de forma más o menos responsable, pero lo usan. Y razón no les falta, ya que me da coraje ver como la gente deja la basura de su botellón, pero también es verdad que los vecinos que más se quejan suelen ser los menos afectados, pero su naturaleza porculera y mediática les puede. Pongo como ejemplo lo que me comentaba hace pocos días un amigo, que fue dueño de un conocido bar gay de la Alameda: "Me cerraron el bar dos veces, debido a las constantes denuncias de un vecino. Fui un día hablar con él, ya que sobre todo su vivienda no estaba próxima al bar, (no estaba pared con pared). Al poco de comenzar a hablar el vecino me lo dijo claro: "es que yo no puedo permitir que mi nieta vea a dos hombres besándose".
La Asamblea por el Uso del Espacio Público lanza hoy, un poco tarde debido al burocrático y poco efectivo método de pasar una nota de prensa por asamblea, una nota de prensa denunciando nuevas agresiones en esta zona del Casco Antiguo Norte de Sevilla. Copio la nota:
La madrugada del pasado sábado 7 de junio, según los testimonios de testigos presenciales que se han puesto en contacto con nuestra asamblea, la Policía Local volvió a actuar contra concentraciones de gente las proximidades de la Alameda de Hércules con la excusa de disolver a los grupos de personas que beben en la calle. La realidad es que, como venimos denunciando desde hace más de un año, se aplican con violencia contra toda persona que se encuentre en su camino, creando una situación de pánico e inseguridad. Desde las primeras agresiones, en la zona de la Alfalfa en diciembre de 2006, hasta ahora, se han interpuesto múltiples denuncias de ciudadanos y ciudadanas, llegando a intervenir el Defensor del Ciudadano pidiendo cuentas al ayuntamiento por las desproporcionadas intervenciones. En este caso, según los testigos, los agentes se emplearon con porrazos, empujones y amenazas contra un grupo de jóvenes que ya se alejaban de la zona, que recibieron varios golpes en las piernas, glúteos, costado, brazos y hasta en el cuello. Cuando varios viandantes recriminaron la actitud a los policías y pidieron su identificación a través del número de placa, éstos respondieron con más gritos, amenazas y empujones.
Esta actuación policial no es aislada, el pasado 17 de mayo otra desproporcionada intervención de la Policía Local con material antidisturbios se saldó con al menos un herido de consideración, J.A.F, con un brazo roto y diversas contusiones. Esta persona no se encontraba consumiendo alcohol sino que simplemente regresaba a su casa en las proximidades de la calle Hombre de Piedra, aunque en el caso que lo hubiera estado haciendo, tampoco estaría justificada una actuación tan desmesurada. Además durante los fines de semanas anteriores se han producido más intervenciones policiales de este tipo en las que la Policía Local ha disuelto violentamente concentraciones de jóvenes en virtud de la llamada Ley Anti Botellón. Es de señalar que durante estas actuaciones los agentes desalojaron a todos los viandantes, ya estuvieran consumiendo bebidas o no, violando de esta forma el derecho de reunión. Ante cualquier intento de dialogo o mediación, la actitud de los agentes de policía, según las personas presentes, siempre es amenazante y agresiva, actuando con el rostro cubierto y negándose en todo momento a identificarse a través de su número de placa. El 13 de junio es el último de los incidentes del que tenemos noticia, en el que una mujer nos relató como fue retenida cuando iba camino de casa de una amiga, agarrada fuertemente por el brazo, tratada de forma maleducada y amenazada con que estaba detenida e iba a pasar una mala noche, llegando otro de los agentes a hacer comentarios sexistas a su amiga.
Desde la Asamblea por el libre uso del espacio público queremos denunciar estas actuaciones desproporcionadas que violan derechos fundamentales, criminalizan a toda la que se encuentre en la calle a determinadas hora y además exceden las competencias atribuidas a la Policía Local. Exigimos el cese de estas actuaciones por parte de la Policía Local y la depuración de responsabilidades políticas al Ayuntamiento de Sevilla, al que hacemos responsable de estas actuaciones y de las que pueda haber en un futuro.
En definitiva. El Ayuntamiento no sabe como solucionar este conflicto, ni lo sabe ahora ni nunca lo ha sabido. La alternativa del botellódromo, o una zona acotada en La Cartuja para hacer botellón, debería estar ya construido, pero ni está empezado. Por otro lado muchos jóvenes simplemente se preocupan por hacer botellón, sin cuidar es espacio público. Es bastante común ver a muchos jóvenes y no tan jóvenes, corriendo como cucarachas y escondiéndose cuando llega la Policía. Eso sí, llevando consigo sus botellas y vasos de plástico para seguir bebiendo, sin preguntarse nada más ni querer tener muchas comidas de tarro.
Por otro lado están, estamos, los que queremos pasear un rato, tomarnos algo en un bar, o simplemente sentarnos en la plaza a charlar, o a beber, pero hacer de forma responsable, con sentido común, sin tener la necesidad de sentir un escalofrío cuando vemos llegar los furgones de unos Policías más chulos que un ocho, desagradables, mal educados y a veces violentos. Vale, tal vez todos los policías no son iguales, pero a fin de cuentas se tapan los posibles delitos o faltas unos a otros.
Ante tales abusos sólo queda una cosa: denunciar, denunciar una y otra vez. Intentar buscarse testigos. Si te agrede la Policía intenta quedarte con los teléfonos de los que hayan visto la agresión. Si ves la agresión, intenta grabarla con móvil o cámara. A un ciudadano normal le cuesta el doble ser creído por un juez respecto a un policía.
En fin, a usar el espacio de forma responsable, y a no aguantar abusos policiales. Saludos
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