Amigos y familiares del ciclista arrollado en la Resolana el 28 de febrero colocan de madrugada una bicicleta blanca a modo de memorial y de denuncia silenciosa de la tragedia de ciclistas y peatones arrollados por vehículos a motor.
Hace dos meses un conductor borracho nos arrebataba a Sergio mientras volvía a casa montado en su bicicleta. Ocurrió en la madrugada del 28 de febrero, en el cruce de Resolana y Don Fadrique, frente al Arco de la Macarena. Sergio tenía 25 años.
Hoy queremos celebrar su vida haciéndole un homenaje que sirva a la vez de recordatorio del riesgo diario que corren ciclistas —y peatones— por culpa de los vehículos a motor y de los conductores irresponsables, pero también por culpa de las leyes y las instituciones que los amparan.
Queremos así denunciar la impunidad existente en nuestra sociedad para los crímenes cometidos en nuestras calles y carreteras. Solo hay que tirar un poco de hemeroteca para ver lo barato que sale asesinar a un ciclista o a un peatón, ya seas un irresponsable anónimo que conduce borracho y a altas velocidades por la ciudad, o un ciudadano con alto poder adquisitivo, con contactos y abogados de primera, que conduce sin respeto a la vida de peatones, ciclistas o patinadores.
Mientras tanto, las autoridades se empeñan en imponer regulaciones,
tasas y medidas que de nada hubiesen servido para salvar la vida de
Sergio, como la obligación de llevar casco o de asegurar y matricular
cada bicicleta. La Dirección General de Tráfico se pone de parte de los
vehículos a motor, marginando y señalando a los ciclistas como
peligrosos, cuando la solución sería la contraria, limitar la velocidad
máxima en la ciudad a 30 kilómetros por hora, como propone un estudio de
la Organización Mundial de la Salud (a esta velocidad se tiene un 90%
de posibilidades de sobrevivir a un atropello, mientras que a 50 km/h
—el límite actual— esa posibilidad se reduce a un 50%).
El Ayuntamiento de Sevilla, por su lado, se empeña en desmantelar o
en dificultar los espacios ganados por los ciclistas en los últimos
años, hundiendo deliberadamente el auge en el uso de este vehículo
seguro y no contaminante, y promoviendo de nuevo un modelo de ciudad
pensado en exclusiva para los coches, modelo que despeatonaliza y niega
la realidad: a más bicicletas circulando, menos vehículos a motor y
menos muertos en nuestras calles.
Estas bicicletas fantasmas, son un homenaje a ciclistas asesinados a la vez que una denuncia de los riesgos y la falta de seguridad vial existente en nuestras ciudades y pueblos, y llevan diez años apareciendo en más de 200 ciudades de todo el mundo.
Amigos & hermanos de Sergio.
Ni olvido ni perdón.
Fuente: (Esta es la nota de prensa enviada por los amigos de Sergio)
No hay comentarios:
Publicar un comentario